20 de febrer: Dia Mundial de la Justícia Social

Segona oportunitat
8 de febrer de 2019
FòrumSD-Taula del Tercer Sector
Front comú de la Taula del Tercer Sector i el Fòrum de Síndics i Síndiques locals per defensar els drets socials de la ciutadania
18 de febrer de 2019

Desde el año 2008, cada 20 de febrero se viene celebrando el Día Mundial de la Justicia Social en el que Naciones Unidas lo declara como un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro de los países y entre ellos. Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la Justicia Social Universal representa el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.

Ahora bien, sólo se puede entender la necesidad de la Justicia Social por la existencia de la injusticia social por diversas causas pero sobre todo, en nuestro contexto para poder paliarlas se ha de plantear en términos de equidad en relación con aspectos sociales, laborales, medioambientales, económicos, entre otros, que afectan a la igualdad de oportunidades y a la vida más cotidiana. En estos temas, como en casi todo lo relacionado con la dignidad humana, es fácil ponerse de acuerdo en la teoría pero cada día nos encontramos tomando decisiones, a veces por inercia o por ignorancia, las cuales contribuyen a lo contrario.

Resulta que el empleado que me vende el café cobra un salario mínimo, el exportador aprovecha la coyuntura de un acuerdo bilateral entre dos países y paga una miseria al campesino quien le vende la materia prima. El cultivo de la planta se produce utilizando fertilizantes e insecticidas empobreciendo y contaminando el planeta, el hijo del agricultor no tiene futuro en su casa y emigra a Mallorca. El relato es simplista, pero pretende generar conciencia respecto a la importancia de cada gesto, cada gasto y la necesidad de aplicar el principio de la Educación para el desarrollo ‘’pensar globalmente pero actuar localmente’’ en nuestra vida cotidiana ya que todo lo que hacemos tiene un impacto mucho más allá de lo aparente e inmediato, la humanidad está interconectada pero acorde con el ejemplo anterior, del mismo modo incorporando principios de la equidad contribuiremos a una mayor Justicia Social.

Como en casi todo lo relacionado con la dignidad humana, es fácil ponerse de acuerdo en la teoría pero cada día nos encontramos tomando decisiones, a veces por inercia o por ignorancia, las cuales contribuyen a lo contrario.

Esto último adquiere mayor relevancia en la medida que aumenta el impacto de nuestras decisiones y actuaciones, especialmente las que se derivan de una función pública y la responsabilidad de las administraciones. De allí también la importancia de las funciones de los Defensores, Defensoras y Defensorías sea cual sea su ámbito geográfico. A sus funciones apelan diversa legislación pero por encima de todo la relacionada con los Derechos Humanos. Si no entendemos que todo ser humano es sujeto de derecho con identidad jurídica propia desde que nace y por lo tanto le pertenecen los mismos Derechos de forma universal, el camino se nos hace cuesta arriba y empezamos a simpatizar con su vulneración. ¿O debemos aceptar que un centro de acogida de inmigrantes llegados en patera de países donde su vida corre peligro de muerte inminente parezca más una cárcel que un lugar de refugio? O para hacerlo más simple ¿debemos aceptar que las barriadas más pobres tengan los espacios públicos más deteriorados o el polideportivo menos acondicionado que las barriadas más prósperas?

Afortunadamente, tenemos el ejemplo del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, que ha incluido en su Reglamento Orgánico de los Derechos de la Ciudadanía, RODC 2005, entre las funciones del defensor/a la de “supervisar y llevar auditoría externa de las condiciones de la calidad de vida en el término municipal de Palma” lo cual, de ser imitado, permitiría a los síndicos/as y defensores/as locales de todo el país, actuar desde el enfoque de equidad dando pasos, aunque cortos, hacia una mayor Justicia Social.

El poder contribuir está en nuestra voluntad, el querer se ha de transformar en actitudes para convertirse en actuaciones coherentes.

Anna Moilanen Jaakola
Defensora de la Ciutadania de l’Ajuntament de Palma

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